De todas las historias de la Historia
¿Y
qué decir de nuestra madre España,
este país de todos
los demonios
en donde el mal
gobierno, la pobreza
no son, sin más,
pobreza y mal gobierno
sino un estado
místico del hombre,
la absolución final
de nuestra historia?
De todas las
historias de la Historia
sin duda la más
triste es la de España,
porque termina mal.
Como si el hombre,
harto ya de luchar
con sus demonios,
decidiese
encargarles el gobierno
y la administración
de su pobreza.
Nuestra famosa
inmemorial pobreza,
cuyo origen se
pierde en las historias
que dicen que no es
culpa del gobierno
sino terrible
maldición de España,
triste precio
pagado a los demonios
con hambre y con
trabajo de sus hombres.
A menudo he pensado
en esos hombres,
a menudo he pensado
en la pobreza
de este país de
todos los demonios.
Y a menudo he
pensado en otra historia
distinta y menos
simple, en otra España
en donde sí que
importa un mal gobierno.
Quiero creer que
nuestro mal gobierno
es un vulgar
negocio de los hombres
y no una metafísica,
que España
debe y puede salir
de la pobreza,
que es tiempo aún
para cambiar su historia
antes que se la
lleven los demonios.
Porque quiero creer
que no hay demonios.
Son hombres los que
pagan al gobierno,
los empresarios de
la falsa historia,
son hombres quienes
han vendido al hombre,
los que le han
convertido a la pobreza
y secuestrado la
salud de España.
Pido que España
expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba
hasta el gobierno.
Que sea el hombre
el dueño de su historia.
Jaime Gil de Biedma
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