jueves, 13 de enero de 2011

·¿Alguna vez has conocido a alguien extraordinario?·

Haz que reluzca con todo su esplendor. Incítalo a que fascine al mundo.

No te dejes engañar por aquel que alardea de su superioridad. No es más que una marioneta cuyos imperceptibles hilos son movidos por otros. No es sino otra pieza más de un gran rompecabezas, que tiene una función que cumplir, la cual en ningún momento fue designada por él mismo.

Las verdaderas maravillas son sensibles a todo lo que les rodea, siendo capaces de ver la magia allí donde nuestros ojos no ven sino algo rutinario.

¿Acaso no son increíbles?



Y perderme en tu mirada...

lunes, 10 de enero de 2011

Niebla

-La pureza deja paso a la confusión-

Perdida en un bosque que no llega a comprender. Una urdimbre confeccionada por una mente alienada que no encuentra su lugar. Desquiciada, mi pobre niña intenta salir de ese laberinto. Está desorientada. Mi pequeña no sabe adónde ir. Teme perderse. Temblorosa gimotea en silencio. Está sola. Nada ni nadie podrá ayudarla a huir de allí. Esa es su tarea.

Maldita la hora en que me conoció, pensará.

En verdad disfruto viendo cómo intenta escapar. Corre. Y corre.Y corre...pero nunca consigue huir de allí. Podría indicarle el camino...pero eso me dejaría sin mi entretenimiento. Además, ¿acaso no presumía ella de ser una temible depredadora?...Menospreció a su contrincante...¡qué error más grave! ¿Rogaría por salvar su vida? Seguramente...Solo pensar que el ser humano tiraría todos sus principios por la borda en una situación como esta me produce arcadas.

La niñita vuelve a pararse, y se arrodilla en el suelo. Lloriquea desvalida mientras se balancea tapándose el rostro con las manos, que tiene bañadas en sangre por todos los arañazos. Llegó el momento...

En medio de la oscuridad, pobremente iluminada por la trémula luz de unas farolas que la niebla ahoga y deja morir en silencio, unos cadenciosos pasos empiezan a oírse, amortiguados por el fluir de un gélido viento, que será el único que presencie el trágico final que se acerca. La joven no trata de huir. Sabe que es demasiado tarde. Simplemente permanece quieta, aún ocultando su rostro.

El sonido de los pasos empieza a oírse cada vez más cerca, y poco después, la figura de un hombre alto de parsimonioso andar empieza a entreverse. Surge de la niebla que los rodea como si de una pesadilla se tratase. Cuando apenas los separaban dos metros, este se paró.


Él levanta la cabeza y mira al infinito. No mira al cielo. No mira a las estrellas. Intenta ver más allá. Tras unos segundos cierra los ojos. Para ver aquello que busca no los necesita. Inspira hondo, y en ese momento la chica se atreve a levantar la mirada y observarle, aún de rodillas. Su vestido hecho jirones y su largo cabello, totalmente alborotado, eran el contrapunto perfecto a aquel hombre misterioso, que vestía un traje negro impecable. Su melena, que ondeaba al viento, la hubiera embelesado antaño, pero el pánico era más poderoso.

Él sigue disfrutando de la noche. Absorto en sus cavilaciones, solo es consciente de las finas gotas de agua que la densa niebla le regalaba y le posaba en sus mejillas. Inspira hondo...le gustaba esa sensación. Podría estar así horas y horas. Para una mayor conexión con la naturaleza circundante, extendió los brazos, y los colocó a la altura de los hombros, con las manos abiertas y con las palmas hacia arriba. Pretendía camuflarse. Nada le hubiera gustado más en ese momento que vaporizarse y seguir el camino que el viento le dictase en aquella niebla que todo lo parecía cubrir. Mas sabía que eso no ocurriría...Tendría que conformarse con ese lacerante frío que tanto lo gustaba.

Cuando hubo dado por acabado esa especie de ritual, la miró fijamente a los ojos. Era una mirada tan intensa... Ninguno habló durante unos minutos. Fue ella la que se pronunció, ya que no podía seguir mirándole a los ojos. Esos ojos...La dejaban sumida en un horror que no quería recordar.

Con una imperceptible voz, casi un susurro, le preguntó:

"¿Por qué?..." - dijo mientras se ponía en pie

"Ya sabes la respuesta"

Acto seguido sacó un puñal del interior de su chaqueta y sin dubitar ni un segundo, lo blandió en el aire y se lo clavó en el pecho, perforándole el corazón. Una cara de espanto cruzó por la cara de la chica. Profirió un grito apagado que murió en su garganta. Retorció el puñal al tiempo que le decía:

"Esto me pertenece"

La chica cayó al suelo inerte. Él, pese a que sabía que estaba muerta, y enajenado por la locura, siguió acuchillándola de rodillas. Una vez. Y otra. Y otra. Y otra...Hasta que, exhausto, se dejó caer hacia atrás.

Con una respiración entrecortada por el esfuerzo, volvió a mirar al cielo...y esbozó una sonrisa.

"Por fin..."

-La pureza deja paso al caos-

jueves, 6 de enero de 2011

Eerie whispers

Una espléndida noche.

Creo que es el lugar que más extraño. Ese lugar secreto en donde solía pensar. Hoy vuelvo a disfrutar de él, es como mi pequeño santuario. Sin más ornamento en él que una vieja silla de mimbre, me dispongo a contemplar la noche, que ha decidido ponerse coqueta y engalanarse con su más preciada bisutería. En pocas ocasiones he visto tantas estrellas juntas.

Me pongo cómodo y me acurruco en la silla esperando que la bata consiga evitar que me resfríe. Aunque sea invierno me niego a no concederme el placer de pensar durante unas horas a solas.
No se hable más, llega el momento de la introspección.

A este le acompañan los susurros del viento, que está celoso de que sean otros los que me agasajen. Pero no te preocupes mi viejo amigo, esta noche seré todo tuyo. Por ti he esperado tanto, y a ti me entrego. 
Aunque reacio al principio, pronto me deleita con sus suaves contoneos. Me acaricia la mejilla con sus manos de seda. Cierro los ojos y me dejo llevar. Le gusta jugar conmigo, lo noto.
Pronto se desnuda ante mí, y me permite ver aquello que ando buscando.
"Aquí estás..."

¡Qué bello! Por mucho que me empeñe en infravalorarlo, no es menos cierto que le tengo aprecio, y que en estos momentos de absoluta serenidad, en los que paso a ser un elemento más de aquello que me rodea; en estos momentos, le tengo aprecio, y me alegro de que sea así. Aún ha de pulirse, y ya no es tan puro como antaño, pero brilla con una luz tan vehemente y cándida que no puedo sino admirarlo.

Pero ahora es momento de proseguir solo. Tú, ansiado lector, no tienes permiso para ver lo que se escondía más allá. Quizás otro día te lo cuente...o no...